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lunes, 25 de octubre de 2010

Ítalo Calvino

Por qué leer los clásicos:




“Por qué leer los clásicos” ensayo de Ítalo Calvino parte de un postulado que va generando el argumento del siguiente y así sucesivamente. De este modo va construyendo un imaginario o serie de ideas sobre las del porqué de leer los clásicos. En algún punto da la impresión de ser una especie de catálogo conceptual (¿será se puede definir así? Jajaja) acerca del tema. 

Parte de ciertos presupuestos sociales, intelectuales o académicos acerca de los clásicos y su lectura. De ellos y sus consecuencias depende lo más importante del artículo, que tiene que ver con que “los clásicos sirven para entender quiénes somos y adonde hemos llegado” y por supuesto más allá de lo intelectualizadle es que “La única razón que se puede aducir es que leer los clásicos es mejor que no leer los clásicos.”
En suma, el enunciador conjuga el discurso técnico de la academia o la investigación, para ponerlo al servicio de reivindicar el acto “leer a los clas…” dada la importancia y valor social e individual que ello implica; expresa así su punto de vista particular.



Colección de arena:


El ensayo “colección de arena” de Ítalo Calvino se desarrolla en el ámbito de una exposición. En esta las diversas colecciones dan fe de su originalidad, a la vez que construyen el impulso oculto de su origen y su finalidad particular. El enunciador se da la licencia de tomar esta circunstancia como punto de partida para plantear, cuestionar o indagar la existencia humana.

El enunciador expresa que en esta exposición pese a la diversidad de colecciones la de arena era la menos llamativa. Allí entra en un juego de relativización entre “arena y arena” y lo que estas puedan llegar a develar su público, construyendo diferentes ideas del porqué de esta preservación de millones de granitos etiquetados según su lugar de origen. Luego repasa otras colecciones para intentar mostrar ‘lo que dice o puede estar diciendo’ cada una de estas, como el caso de las máscaras antigás, los artículos de Mickey Mouse, o la de las carpetas atadas con cintas; llevando la cuestión a otro nivel: ¿qué es lo que realmente dice esta exposición?, ¿realmente dice algo? 

Luego construye un entrecruzamiento de la exposición de arena (real), con los cuestionamientos de la vida tomando a la arena cómo metáfora para ello. Dejando en un segundo plano el contexto inicial, desarrolla todo un planteo sobre la vida gracias a los diversos frasquitos, como cuando dice: “he llegado a preguntarme qué hay escrito en esa arena de palabras escritas que he alineado en mi vida, esa arena que ahora me parece tan lejos de las playas y de los desiertos del vivir. Quizá escrutando la arena como arena, las palabras como palabras, podamos acercarnos a entender cómo y en que media el mundo triturado y erosionado puede todavía encontrar en ellas fundamento y modelo

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