Radio Bazurto!


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lunes, 26 de abril de 2010

M & M un encuentro transatlántico

Abril. Salgo temprano de casa con un solo objetivo en mente: observar la realidad más atentamente de cómo lo haría cotidianamente. Todo aparentemente igual como de costumbre. En el subterráneo: gente, luces, publicidad, vendedor ambulante y su producto del día: ‘adaptador USB universal’, hombres, mujeres, jóvenes, niños, ropas oscuras, paraguas, gente de pie, otros sentados, estación pueyrredón, diario ‘La Razón’ o en su defecto ‘El Argentino’, el BIP del cierre de puertas y estación Carlos Gardel: fin de mi recorrido.

Al salir a la superficie, se levanta ante mí el shopping abasto. Sigue lloviendo y la gente va de un lado a otro, ya sea en auto, colectivo o a pie. Como diariamente sucede en la mañana ya hay un ‘caos’ instalado y en pleno movimiento. Unos yendo apurados, ya sea por costumbre, idiosincrasia local, locura particular, por ir retrasados al trabajo o simplemente por la lluvia misma. En cambio otros, sin moverse de lugar como los vendedores de café y medialunas, o algún par de señoras cubriéndose de la lluvia o como ya nos es habitual ver a los ‘sin techo’, acostados entre cartones frente a la puerta de algún comercio aún cerrado. Es entonces cuando este shopping se erige rodeadito todo, entre argentinos, peruanos, bolivianos, judíos y uno que otro de cualquier otro lugar.

Tomando fotografías e intentando recoger lo que más lograse nutrir mi presente crónica, los afiches de un azul flamante se van colando entre mis fotos. –BAFICI–

Una vez sentados y pasado un rato, empieza la proyección de Mary and Max. Una película de dos personas que se encuentran, o más bien, se buscan, y que a través de las cartas transitan el nacimiento de una amistad. Max en New York bañado en paleta de grises y Mary en Melbourne, Australia en tonos sepias. Accidente, casualidad o causalidad, ella de 8 años y él de 44, dos vidas tan diferentes y tan parecidas, se conectan a través del lápiz, máquina y papel, para aventurarse en un viaje de varios años sin si quiera tocarse las manos. Una niña particularmente maravillosa, encarna vivamente la inocencia, el coraje, la esperanza y la lucha, creciendo arrinconada en un hogar poco alentador; mientras Max sobrevive a un mundo totalmente adverso por su condición por padecer el síndrome de asperger, subgrupo del autismo, llegando a no ser entendido y marginado a pesar de su lucha por pertenecer y ser reconocido en esta sociedad.

Las ausencias, los vacios, espacios sin llenar en sus vidas, -de algún modo como las nuestras- que logran tras una ventana, acceder mutuamente a una amistad. Afecto, emoción, expectativa, enojo, miedos, esperanzas, sueños, dudas, preguntas, y demás cosas que lograron nacer entre sí, por medio de esas cartas; sucediéndose en el medio un sinnúmero de situaciones, en las que fuimos conociendo y presenciando el desarrollo de estas dos vidas ligadas entre sí.

Al finalizar, solo se puede estar conmovido y enteramente emocionado, entendiendo mas allá de lo triste o feliz, lo bello mismo de la existencia de ellos dos por sobre cualquier juicio posible.
Al salir de la sala, era como ‘Alicia retornando al “mundo real” ’. Todo había cambiado, habíase sucedido una transformación en todo sentido. Mi corazón latía como todos los días, pero se sentía diferente: Mary y Max llegaron, estuvieron y por donde vinieron se fueron. De nuevo surge ante mi vista el interior del abasto, muchos periodistas discutiendo las diferentes películas, uno que otro judío, gente del BAFICI y del propio lugar. Ahora ya no llueve, sino que hace un sol tremendo, casi que era como un día nuevo.

Todo parecía igual, solo que ahora estaban entre nosotros ‘ellos’ dos. M & M.

domingo, 18 de abril de 2010

¿Con quién viajó maría? ("El rimeic")

¿Con quién viajó maría?...

Me pregunto en un momento: -¿Quién era y quién soy ahora? ¿Cómo ha ido sucediendo cada situación, hasta haber llegado hasta aquí? ¿Por qué y para qué todo esto?-

A los treintaisiete años, decido armar valijas e irme. Concluyo que hay cosas en mí que tienen que cambiar y cosas que aprender. Romper esquemas, abrir caminos, dejar detrás todas las cosas obsoletas y renovarme. Renunciar a todas las presiones, los tabúes y prejuicios, para poder tener mi vida propia. Junto conmigo, viene ‘ella’, la mujer que hace de mi una verdadera mujer; la que con sus besos quiebra todo y lo vuelve a componer mejor de como estaba. La que sin decirme nada, me lo dice todo y que con su piel hace que mi sentido del tacto enloquezca sin mesura.

Así que, emprendemos juntas nuestro rumbo. Viajamos miles de kilómetros. Pasamos por cuanto pasaje, camino, ruta, puente, riachuelo, río y lugar pudo haber. Dormimos, hablamos, peleamos, discutimos, reímos, gritamos, nos miramos. Un viaje en auto bastante largo, en algún punto casi interminable. Luego, avistamos un letrero: “Lago Mascardi”.

Un silencio nos baña y la vista nos embarga.

‘Ella’ estalla de euforia, entra al agua y me hala de la camisa, metiéndome a mí también. Me besa. Me dice que soy la más increíble de todas y nos hundimos en el agua de la locura.

Gotean nuestras cabezas y mientras estamos una frente a la otra, en medio de las dos se pinta en el agua, el reflejo de una montaña cubierta de un manto de nieve. Sonreímos. Mirándonos, sus ojos brillan. De repente corta abruptamente todo con un grito liberador y yo río de sorpresa y emoción.

Más tarde, sentada sobre una roca, avisto el atardecer. Tranquilamente me entrego al lugar, sintiendo como hago por un momento, parte de la naturaleza. Como me comparte este lugar su belleza. Me pregunto en un momento: -¿Quién era y quién soy ahora? ¿Cómo ha ido sucediendo cada situación, hasta haber llegado a aquí? ¿Por qué y para qué todo esto? -. En eso ‘Ella’ llega y me dice:

- Perdóname si no estuve como debería durante estos años. Años de prejuicios y presiones de todos en contra nuestra. Ambas sabemos que cuando llega la muerte, es “para siempre” y yo tengo solo esta vida para estar contigo; así que quiero frente a este atardecer sublime, decirte que estoy detrás de ti sin cuestionamiento alguno y así expresarte lo que el mundo sabe y no quiere aceptar: ¡te amo María!. –

lunes, 12 de abril de 2010

¿Con quién viajó maría? (texto con inclusión de material)

Título de la obra:Mujer frente al espejo
Año2003
Marino Chanlatte
Fuente: http://www.chanlatte.com/paginas/Mujer%20frente%20al%20espejo%201.html


-¿Con quién viajó maría?- Me pregunto en un momento. -¿Quién era y quién soy? ¿Cómo ha ido sucediendo cada cosa, hasta llegar hasta aquí? ¿Por qué y para que todo esto?-

A los veintidós años, decido armar valijas y viajar. Concluyo que hay cosas en mí que tienen que cambiar y cosas que aprender. Romper esquemas, abrir caminos, dejar detrás todas las cosas obsoletas y renovarme. Renunciar a todas las presiones y tener mi propia vida. Junto conmigo, viene ella, la mujer que hace de mi una verdadera mujer; la que con sus besos quiebra todo y lo vuelve a componer mejor de cómo estaba. La que sin decirme nada, me lo dice todo y que con su piel hace que el sentido del tacto enloquezca sin mesura.

Viajamos miles de kilómetros. Pasamos por cuanto pasaje, camino, ruta, puente, riachuelo, río y lugar pudo haber. Dormimos, hablamos, peleamos, discutimos, reímos, gritamos, nos miramos. Un viaje en auto bastante largo, en algún punto casi interminable. Avistamos un letrero: “Lago Mascardi”.

Un silencio nos baña y la vista nos embarga.

Ella estalla de euforia, entra al agua y me hala de la camisa. Me besa. Me dice que soy la más increíble de todas y nos hundimos en el agua de la locura.

Gotean nuestras cabezas y mientras estamos una frente a la otra, se pinta en el agua, el reflejo de una montaña cubierta de un manto de nieve. Sonreímos. De repente corta con todo, de un grito liberador y yo río de emoción.

Más tarde, sentada sobre una roca, avisto el atardecer. Tranquilamente me entrego al lugar, siento como hago por un momento parte de la naturaleza. Como me comparte este lugar su belleza. Mientras tanto ella llega y me dice:

-Ambas sabemos que la muerte es “para siempre”. Perdóname si llegaste a sentir en algún momento si estuve como ausente. Quiero frente a este atardecer sublime,decirte que estoy detrás de ti sin cuestionamiento alguno y así decirte lo que el mundo sabe y no quiere ver: te amo María.

lunes, 5 de abril de 2010

Presentación

Mi nombre es Guillermo Otálora, nací en un país de grandes y patéticas contradicciones, Colombia, un paraíso de paraísos, en el que se quedaron para siempre los piratas.

Estudio comunicación social, gracias a una gran cantidad de sucesos previos que fueron llevándome encadenadamente a hasta aquí. Mi vida en Colombia, mis experiencias, la historia familiar, mi familia y sus herencias comportamentales, mi otra vida: el teatro.

Entendí que hay necesidades, la mía tiene que ver con este mundo, con la gente, con el hombre, con la naturaleza. Por eso estudié actuación y ahora estudio comunicación.
Espero lograr mejorar mi nivel de escritura. Poder en la practica identificar mis falencias y mis fallas, como también explotar al máximo las fortalezas, todo esto en pos de llevar al mejor término mi propio estilo.

viernes, 2 de abril de 2010

libros: El sube y baja (Autobiografía)

De pequeño crecí viendo en las películas como les leían los padres a sus hijos o los abuelos a sus nietos. Imagen dulce, tierna, acogedora típica en las historias para chicos. Pasaron los años y esta fotografía no dejó de pertenecer al ámbito de la ficción, de mí ficción, pues nunca llegó a hacerse realidad.


Cuando tenía trece años, en el colegio se me pautó leer el “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago, ahí todo cambió. La oscuridad desapareció en lo visible, mi desprecio creado colectivamente en torno a la lectura cambió hacia una mirada fresca, expectante, maravillada. Allí, fue cuando por primera vez una historia en el papel me exprimió lágrimas, me condujo al miedo, me acorraló en la incertidumbre, me expuso en la desesperación y al padecimiento.


Todo de maravillas, ya dejaba de ver la biblioteca de casa como un cúmulo de papel, como ese arrume de objetos que poco o nada tenían para mi algún uso real, o significativo. Imaginaba entonces que otra historia, o más bien cual de los libros vendría a mis manos prontamente. Ya que la ceguera se había ido.


Particularmente todo quedó allí, la emoción, las ganas, el deseo, la necesidad. Los libros que empecé a leer fueron cayéndose de mis manos muy rápidamente. Uno tras otro. Desistí. Entré de nuevo en la dinámica académica del colegio de obligación y nada más.

Pasaron los años, Me recibo del colegio y entro a estudiar artes escénicas. Allí retorna como un viejo contrincante que quedó en la arena esperando mi regreso, la narrativa. Sí, pero esta vez se había metamorfoseado en textos dramáticos (obras de teatro) y venía por su segunda oportunidad conmigo. Arremetió con todo lo que pudo mandando a todos los legionarios, juntando fuerzas Shakespeare, Racine, Esquilo, Sófocles, Aristófanes, Becket, Chéjov entre otros, lograron hacerme aceptar leer.


Antes de venir a Buenos Aires leí un libro que me abrió la cabeza. “Las voces del desierto” de Marlo Morgan. Libro en el cual una mujer estadounidense termina viviendo en medio del desierto australiano, con uno de los pueblos originarios. Viviendo y aprendiendo sabiduría ancestral. Un encuentro con un mundo de sobrevivientes, respecto a lo que Europa en otras partes destruyó con el motor de la avaricia, el descontrol, la codicia, la soberbia, enraizados en la formación y conciencia centroeuropea que a nuestros días se mantiene intacta. Occidente. Nuestra cuna.