Radio Bazurto!


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lunes, 27 de septiembre de 2010

La educación pública


La educación pública.


A uno lo único que le queda al final, en esta vida es la educación.

Cuando esta tierra aún pertenecía al reino español, no se consideraba la idea de la institucionalidad sino de un centro de producción y explotación, para su posterior transporte a Europa y el mundo. Conforme pasaron los años, los hijos de esclavistas, los del ejército real, y los de los propios esclavos, fueron aumentando el nivel poblacional y con ello el tamaño de las ciudades, sus consecuentes problemas y necesidades. Entre estas estuvo el instruirse, pasó Europa a ser la imagen más alta para ir a ‘importar’ conocimiento y saberes. Con ello la necesidad de reproducirla, así fuere a unos pocos.

Actualmente tenemos (los más jóvenes)  una noción recortada sobre la importancia de educarnos. Pasamos durante toda nuestra primera etapa de vida llenando gavetas con multiplicidad de datos e informaciones, que por lo general han sido, con el paso de los años dadas inconexamente. De este modo no ha habido una concientización sobre el por qué y para qué de aprender, del conocer o descubrir. A jugado potentemente el papel de máquina adoctrinadora, más no el de educadora. “La educación tal como ella existe en la actualidad, reprime el pensamiento, transmite datos, conocimientos saberes y resultados de procesos que otros pensaron, pero no enseña ni permite pensar. A ello se debe que el estudiante adquiere un respeto por el maestro y la educación que procede simplemente de la intimidación. Por eso el maestro con frecuencia subraya: ‘usted no sabe nada’; ‘Todavía no hemos llegado a ese punto’; ‘ eso lo entenderá o se verá más adelante o el año entrante, mientras tanto tome nota’, etc” Pág. 15 Estanislao Zuleta, Educación y Democracia, 1995.

Ahora bien; si se hace una pausa y se mira que sucede cuando se aprende algo nuevo. Pero no simplemente ‘algo nuevo’, sino descubrir, hacer ‘clic’ con algún conocimiento o idea que lo que permite es abrir y no cerrar, puesto que no da respuestas, sino que abre puertas, generando así dudas y nuevos caminos por los que andar: nos hace pensar, realizar procesos por nuestra propia cuenta. Alguna vez un profesor del CBC dijo: está comprobado que en los países donde hay altos niveles de escolaridad tanto media como universitaria, los niveles de delincuencia son menores, respecto a aquellos que su nivel de estudiantes es menor. 

Hoy día bajo las leyes del mercado y las del no mercado, o se tiene la capacidad mercantil como para tener autonomía económica, o se vive en su propia tierra autoabasteciéndose de alimentos y con el trueque, o se trabaja para otro (exceptúo a los ladrones, estafadores y demás).  De este modo y por el alto grado de especialización en que vivimos hoy día, es casi imprescindible haber realizado estudios superiores y por qué no, especializaciones o incluso doctorados. Entonces el sujeto está condicionado para trabajar en tanto su nivel de conocimientos; por lo que el conocer, descubrir e investigar, pasa de ser elecciones, a requisitos.
Ahora no se trata de hacer apologías a las necesidades del mercado so pena del aprendizaje y la educación, pero dadas las condiciones es ineludible, guste o no, mencionarlo.

Retomando el eje, la importancia de la educación ha significado una de las piedras angulares del desarrollo económico y social de un país. De esta manera es visible como los países mal llamados de primer mundo, invierten tanto en la educación y su calidad. Y no pensándola como un gasto, un accesorio o una pérdida de tiempo. Esto sería un retroceso y casi que una metamorfosis a la idiotez.  Las culturas originarias que aún subsisten en el mundo, y que no poseen el desarrollo de la escritura, pueden demostrar que día a día los sujetos están en constante aprendizaje, puesto que los hombres a través de la oralidad, confieren en los saberes, los procesos de ‘el mejor camino’ para existir. Viéndolo de este modo, la educación hace lo mismo, pues nos muestra como ser ciudadanos, pero a su vez arquitectos, médicos, artistas, etc.
La educación es un modo para adentrarse en sí mismos y así en nuestra comunidad. Pero a demás, con la intención de que sea de la mejor manera posible.

La educación pública es inclusiva, abierta teniendo como objetivo hacerla accesible a toda la población; contrariamente a las universidades privadas, donde los capitales y religiosos buscan rentabilidad y el direccionamiento (de conciencia) social por sobre los intereses del statu quo.  Es decir, no son pensadas como inversión social, ni como un derecho fundamental.

“Que mejor revolución que la educación”

¿es justo pensarla privada? Y privar a la sociedad de ella?

Señor Alberto Roseti. (reescritura)


Señor Alberto Roseti.

De acuerdo a la carta que me hizo llegar, me permitiré contestarle de tal modo, en que pueda más que responder, poder dejar claros ciertos puntos que usted ha tocado. Seguido a eso intentar entender o preguntarnos mutuamente como participes de una misma sociedad, cuáles son las posibles causas del origen de la delincuencia, narcotráfico y demás.

Sabemos que este país tuvo grandes olas inmigratorias. Éstas permitieron cambios sociales, políticos y económicos importantes, respecto a la dirección que tenía el país previamente. Ahora no hay que desconocer que siempre en toda la historia la delincuencia y los asesinatos han estado presentes en nuestra sociedad. Usted afirma que proviene de ascendentes italianos. Recuerde que no todos los que venían, encontraban trabajo, o simplemente no lo buscaban. También el inmigrante europeo robaba y mataba. Esto hay que reconocerlo, pues es natural a las sociedades en que vivimos. Tanto las de nuestros abuelos, como las actuales.

Me da a entender desde un lugar idealizado al europeo, como hombre trabajador y honrado, pero le hago una contra pregunta: ¿acaso los que colonizaron estas tierras no eran españoles? Pasados los años se les llamó criollos; pero de ascendencia española, ¿no?. Recuerde señor Alberto que los africanos valían su peso en oro, por la implicación que tenían en la fuerza laboral. ¿Acaso no considera que podían ser excelentes trabajadores? Según estadísticas de mediados del siglo veinte, la mitad de la población era inmigrante o sus descendientes y la otra era criolla. Y hasta donde se hoy día esta desvirtuada la idea de que un color, u origen determinen si trabajan (por constitución natural) mejor o peor. Ahora, hoy día considerados argentinos todos, como si fueran nada más que españoles e italianos, olvidando al criollo, e incluso al negro (por inverosímil que sea, no TODOS lograron ser asesinados (por los que venían recientemente de Europa), así en la escuela nos toque decir que así fue. Entonces, considero pertinente aclararle que tanto el negro, el originario y el inmigrante, pueden o no delinquir; cuestión que más puede concernir a crianza (y/o experiencia de vida), problemas socioeconómicos tanto individuales como grupales, que interceden en el comportamiento del sujeto.

Luego me expresa, que el argentino terminó siendo víctima del paraguayo, peruano, chileno o boliviano. ¿No considera que es un prejuicio y un acto xenófobo; que apela a un inconsciente colectivo sobre estas nacionalidades?  De este modo antepone una superioridad creada colectivamente, ¿no le parece grotezco, y guardando las diferencias, sería el mismo principio con el que se efectuó el ‘magnicidio del “desierto” ’?Según el planteo que hace, ellos son por naturaleza, o socialmente constituidos como asesinos o lacras, señalados indirectamente por usted como ‘parias’, pues solo logran constituir socialmente delincuencia y destrucción. Entiendo su postura, pero no solo hay criminales de estas nacionalidades, sino también uruguayos, brasileros, venezolanos, colombianos, mexicanos, ecuatorianos entre otros. Lo que usted tampoco sabe es que estos (incluyendo a los peruanos, chilenos, bolivianos y paraguayos) son una porción menor respecto a la cantidad de argentinos, que violan, asesinan, trafican, y porque no y perdóneme la expresión ‘COIMEAN’ a diestra y siniestra. Debe usted abrir un poco más la mirada e intentar ser en lo posible objetivo, dejando de lado la visión de los noticieros y preguntarse a sí mismo: ¿Qué genera el delito? 

Es verdad que ellos viven en villas, que poseen los artículos de ‘lujo’ mencionados por usted, pero estos barrios son habitados igualmente por argentinos que viven en las mismas condiciones y bajo las mismas leyes internas en que se desarrollan estos lugares. Cabe anotar que no todos los que viven allí roban o matan. Hay gente trabajadora, honesta, que si tuviera mejores oportunidades y estuviera en una sociedad más inclusiva, menos prejuiciosa y mezquina, esta sería otra Argentina. Hay que salir un poco más a la calle, preguntar a la gente y verá que hay peruanos, bolivianos o paraguayos que han logrado superarse socialmente, puesto que hay odontólogos, médicos, enfermeros, cirujanos, economistas, abogados, arquitectos, empresarios. Tal vez de este modo podríamos llegar a mirarnos como sociedad y ver nuestros vicios y adicciones que culturalmente tenemos y reproducimos. De esta manera empezar a reconocernos y poder ver que es lo que cada uno hace, que colectiva y concordantemente hacemos para que tengamos los problemas que padecemos. Es decir que se puede afirmar que somos las victimas de nuestro propio invento.

La delincuencia, los asesinatos y el narcotráfico son un problema de todas las ciudades del mundo. En la argentina del siglo XXI, coexisten estas en un sistema criminal, que parece no solo cruzar las fronteras sino reproducirse en el corazón mismo de nuestra sociedad. Es una dolorosa realidad ver la cantidad de droga que circula por nuestras calles, la cantidad de neo adictos que hay año tras año y lo que implica el funcionamiento de este sistema o economía.  El flagelo de las drogas toca todas las escalas de las sociedades actuales. Desde el que recicla cartón hasta el que firma los pactos de libre comercio. Tristemente, pero es la realidad. Acaso ¿es víctima o culpable aquel que consume? Puesto que el consumo promueve el mercado, ¿no? Hace poco salió un estudio difundido por la ONU en donde se expone que el consumo de drogas duras como la cocaína, han aumentado de manera estrepitosa en nuestro país, alcanzando por muy cerca al de los estados unidos. ¿Por qué pensar que siempre somos las victimas?

Creo personalmente que el narcotráfico se debe más bien a una condición socioeconómica y por una cuestión coyuntural. Es decir, algunos de los habitantes de éstos barrios pueden terminar delinquiendo por falta de oportunidades o ya sea por convicción personal. Dentro de las cosas que no concuerdo con usted, es que no hay que tachar a nadie, piense que ellos salieron de su lugar de origen por falta de trabajo, es decir por pura necesidad. Consideraron la Argentina como la gran posibilidad para prosperar y superarse. Un trabajo, techo y educación dignos, ser parte de este, nada más. ¿No le recuerda a sus abuelos o nonos?

Concuerdo con lo que afirma, en que cada sociedad que reciba inmigrantes, éstos deben cumplir con requisitos y obligaciones. Pero para ello considero pertinente, tener un estado consecuente con los ideales de autoridad, en plena aplicación de los mismos. No soy quien para determinar si deben ser deportados. Tal vez deba eso decidirse colectivamente. Pero ¿qué hacer con un sistema judicial endeble, con uno policial corrupto y desviado, con un estado politiquero e indiferente y con una sociedad prejuiciosa, solapada y escapista de sí misma? Creo que el racismo no solo está en una acción de deportar o no, sino también en la razón e ideas de las personas. Esto puede verse día a día y en cosas simples y cotidianas. ¿Por que cuando buscan a un ladrón en el subte, no requisan a todo el mundo?, y sí a los de tez morena, de estatura mediana, y de contextura ancha, características similares a las de los pobladores del norte y a los ciudadanos provenientes del Perú o Bolivia. ¿Por qué no empezar por la casa rosada o el parlamento, sus viviendas y cuentas bancarias, o a aquellos sujetos que no pagan los impuestos? Creo más bien que la ley y derechos deben aplicarse a todos sin importar su lugar de nacimiento. Si queremos una sociedad justa y equitativa, debe serlo hasta con la norma y su aplicación.

Claramente agradezco su interés, y preocupación, lo que da cuenta de su compromiso. Habría que analizar aquellos  prejuicios que los medios promueven y que uno como ciudadano del común, por miedo y desconocimiento, compra como última posibilidad de respuesta a las problemáticas de nuestro país.

Atte:
Director de la escuela Secundaria
Javier Sánchez Apumayta
Dni  94 135 668

lunes, 20 de septiembre de 2010

Señor Alberto Roseti (Respuesta carta argumentativa)

Señor Alberto Roseti.

De acuerdo a la carta que me hizo llegar, me permitiré contestarle de tal modo, en que pueda más que responder, poder dejar claros ciertos puntos que usted ha tocado. Seguido a eso intentar entender o preguntarnos mutuamente como participes de una misma sociedad, cuáles son las posibles causas del origen de la delincuencia, narcotráfico y demás.

Sabemos que este país tuvo grandes olas inmigratorias. Éstas permitieron cambios sociales, políticos y económicos importantes, respecto a la dirección que tenía el país previamente. Ahora no hay que desconocer que siempre en toda la historia la delincuencia y los asesinatos han estado presentes en nuestra sociedad. Usted afirma que proviene de ascendentes italianos. Recuerde que no todos los que venían, encontraban trabajo, o simplemente no lo buscaban. También el inmigrante europeo robaba y mataba. Esto hay que reconocerlo, pues es natural a las sociedades en que vivimos. Tanto la de nuestros abuelos, como las actuales.
Me da a entender desde un lugar idealizado al europeo, como hombre trabajador y honrado, pero le hago una contra pregunta: ¿acaso los que colonizaron estas tierras no eran españoles? Pasados los años se les llamó criollos; pero de ascendencia española. Recuerde señor Alberto que los africanos valían su peso en oro, por la implicación que tenían en la fuerza laboral. ¿Acaso no considera que podían ser excelentes trabajadores? Según estadísticas de mediados del siglo veinte, la mitad de la población era inmigrante o sus descendientes y la otra era criolla. Ahora hoy día considerados argentinos todos, como si fueran nada más que españoles e italianos, olvidando al criollo.
Así termina expresándome, que el argentino terminó siendo víctima del paraguayo, peruano, chileno o boliviano. ¿No considera usted que es un prejuicio y un acto xenófobo; que apela a un inconsciente colectivo sobre estas nacionalidades? Según el planteo que me hace, ellos son por naturaleza, o socialmente constituidos como asesinos o lacras, pues solo logran constituir socialmente delincuencia. Entiendo su postura, pero no solo hay criminales de estas nacionalidades, sino también uruguayos, brasileros, venezolanos, colombianos, mexicanos. Lo que usted tampoco sabe es que estos son una porción menor respecto a la cantidad de argentinos.
Es verdad que ellos viven en villas, que poseen los artículos de ‘lujo’ mencionados por usted, pero estos barrios son habitados igualmente por argentinos que viven en las mismas condiciones y bajo las mismas internas que se desarrollan. Cabe anotar que no todos los que viven allí roban o matan. Hay gente trabajadora, honesta, que si tuviera mejores oportunidades y estuviera en una sociedad más inclusiva, menos prejuiciosa y mezquina, esta sería otra Argentina. Hay que salir un poco más a la calle, preguntar a la gente y verá que hay peruanos, bolivianos o paraguayos que han logrado superarse socialmente. Hay odontólogos, médicos, enfermeros, cirujanos, economistas, abogados, arquitectos, empresarios.

Ahora la delincuencia, los asesinatos y el narcotráfico son un problema de todas las ciudades del mundo. En la argentina del siglo XXI, coexisten estas en un sistema criminal, que parece no solo cruzar las fronteras sino reproducirse en el corazón mismo de nuestra sociedad. Es una dolorosa realidad ver la cantidad de droga que circula por nuestras calles, la cantidad de neo adictos que hay año tras año y lo que implica el sostenimiento de este sistema o economía.  El flagelo de las drogas toca todas las escalas de las sociedades actuales. Desde el que recicla cartón hasta el que firma los pactos de libre comercio. Tristemente, pero es la realidad. Acaso ¿es víctima o culpable aquel que consume? Puesto que el consumo promueve el mercado, ¿no?

Concuerdo con lo que afirma, en que cada sociedad que reciba inmigrantes, éstos deben cumplir con requisitos y obligaciones. Pero para ello considero pertinente, tener un estado consecuente con los ideales de autoridad. No soy quien para determinar si deben ser deportados. Tal vez deba eso decidirse colectivamente. Pero ¿qué hacer con un sistema judicial endeble, con uno policial corrupto y desviado, con un estado politiquero e indiferente y con una sociedad prejuiciosa, solapada y escapista de sí misma? Creo que el racismo no solo está en una acción de deportar o no, sino también en la razón e ideas de las personas. Esto puede verse día a día y en cosas simples y cotidianas. ¿Por que cuando buscan a un ladrón en el subte, no requisan a todo el mundo?, y sí a los de tez morena, de estatura mediana, y de contextura ancha, características similares a las de los pobladores del norte y a los ciudadanos provenientes del Perú o Bolivia. ¿Por qué no empezar por la casa rosada o el parlamento, sus viviendas y cuentas bancarias? Pero sin descuidar a todos aquellos que sin importar su lugar de nacimiento, estén cometiendo delitos. Si queremos una sociedad justa y equitativa, debe serlo hasta con la norma y su aplicación.
Claramente agradezco su interés, y preocupación, lo que da cuenta de su compromiso. Habría que analizar aquellos  prejuicios que los medios promueven y que uno como ciudadano del común, por miedo y desconocimiento, compra como última posibilidad de respuesta a las problemáticas de nuestro país.

Atte:
Director de la escuela Secundaria
Javier Sánchez Apumayta
Dni  94 135 668

lunes, 6 de septiembre de 2010

Carta al Sr. Presidente

Señor presidente.

Como magistrado de la corte suprema de justicia no tengo la más mínima competencia legal vigente, correspondiente a mi cargo y funciones que la carta magna demanda, respecto a lo que pienso.

En virtud de la situación anterior, me dirijo con todo respeto a usted de la manera más respetuosa y objetiva posible. Exceptúo en este caso estar embestido de mi cargo, es decir que como ciudadano natural determinaré a través de esta carta mi propia opinión, la cual no concierne ni se relacionan en lo absoluto, en lo que respecta a mi cargo y funciones.

La respetabilísima institución a la que pertenezco, mis colegas y demás sujetos que la componen, no tienen la más mínima responsabilidad sobre lo que voy a pronunciar. El único que se hace cargo de lo siguiente, seré yo.

Conocemos mutuamente nuestra constitución, la cual prohíbe tácitamente la muerte inducida, o cualquier tipo de negación de la vida de otros. Tengo sesenta años y con mis manos he direccionado como lo estipula la ley, la aplicación de la justicia en todo su rigor; imbuido de toda seriedad, altura y objetividad, para ello.
Ahora bien, conociendo el caso de Andrés Donadío, reitero que como ciudadano le solicito, la aplicación de la pena de muerte.

Frecuentemente las personas ven como la justicia ha ido perdiendo fuerza, poder, dominio, efectividad. Cada vez más se hace evidente la violencia en las calles. Esta incontrolable crece como espuma, mientras los ciudadanos de bien son sus víctimas favoritas. La justicia pierde garras y la compran las mafias y grupos delincuenciales. Entonces vemos como el crimen organizado se fortalece, construye poder y es efectivo.

Cada año las víctimas fatales han aumentado un 46%, el acceso carnal violento un 37%, el robo de automóviles un 22% y el hurto callejero 41%. Acaso el hombre trabajador, que paga sus impuestos, le da educación a sus hijos y es asesinado mientras es atracado en su propia vivienda. Días después los implicados en el hecho, salen libres por vencimiento de términos, o por falta de pruebas, incluso por supuesto error de acusación. Luego vuelven a sus andanzas.

Andrés D., supo lo que hizo y tuvo la “delicadeza” de ir hasta las últimas consecuencias. Así por intentar robar las zapatillas nuevas de una joven, y luego de la tortura psicológica que tiene que aguantar la víctima, este sujeto, tuvo una idea correspondiente a su nivel y condición. Acometió sexualmente, sin su consentimiento y con la mayor brutalidad posible.

El dictamen de la policía médica, es contundente. El reporte expresa "al tacto rectal" se detecta una "ámpula con contenido líquido al parecer con perforación de pared posterior de recto". Asienta además: "se alcanza a palpar sacro, doloroso a la palpación".

Con cuadro de perforación de recto (...) sus condiciones son graves, con riesgo de muerte. Pronóstico: reservado para la vida". Existencia de equimosis en orla himenial, equimosis en tercio inferior pared posterior de vagina, así como laceraciones en labios mayores en horas 3, 5, 7 y 11, desgarros antiguos en himen anular. Causó también un sangrado transvaginal activo, agrega el dictamen médico.

Del dictamen de traumatología de la víctima, rendida por el Dr. Juan Mendizábal, perito médico, se observa traumatismo cráneo encefálico, fractura, luxación de vértebras cervicales, anemia aguda.

Dicho así, esta menor corre severamente el riesgo de perder la vida, puesto que gran parte de su integridad ha sido destruida y vulnerada. El hecho refleja la incapacidad de la sociedad para reaccionar ante este tipo de actos, al parecer en etapa de naturalización social. Para unos son solo cifras (acceso carnal violento un 37%,) para otros, es una durísima realidad. De este modo cada padre, hermano, hijo, primo, abuelo o nieto, de esta sociedad debería comprender las implicaciones humanas, de realizar este tipo de actos. Sin olvidar a su madre, abuela, hermana, hija, etc.

“Aquel que incurra en actos que determinen la vulneración de cualquier derecho o sujeto, incurrirá en delito de lesa humanidad” así lo prescribe la constitución, lo que no y porque no sabe cómo, es revertir el daño hecho. Un banco puede ser robado y su dinero recuperado, pero una vida destruida, no tiene el más mínimo posible resarcimiento.

Bajo mi saber, conozco la postura frente a la pena de muerte que la ley tiene. Socialmente unos pueden decir que es innecesaria, otra justa, para algunos es un castigo, para otros un juicio que no resuelve nada en el victimario. Se hablaba en otra época de la ley del talión, principio jurídico, devenido socialmente en la venganza. Personalmente tengo que reconocer que mi postura, contradice claramente la que he defendido durante casi treinta y cinco años. En este caso pido justicia, una que sea palpable, ejemplar, que sirva como testimonio. Así la sociedad toma conciencia sobre lo que debió haber sentido esa niña entre sus dos piernas, entre su pecho y su mente.


Necesario así, solicita desde lo más profundo del alma:
El dolor de un padre.


Cesar Augusto Compte
Magistrado de la Corte Suprema de Justicia.

Las verdades de las mentiras


“Mi vida ha sido tocada fuertemente por el viaje. Constantemente viajamos, aunque no nos demos cuenta de ello y hasta creemos que estamos estancados sin la posibilidad de escapar. Podemos explotar de alegría o sucumbir en el dolor severo.”

Una mujer que por su trabajo es invitada por personas  originarias de Australia. Tendrá que viajar miles de kilómetros para cumplir con la invitación. Para ello tendrá en cuenta el vestido, los tacos, el maquillaje e incluso el discurso, para ser recibida y quedar acorde con semejante ocasión. Al llegar toma un jeep y es llevada durante varias horas atravesando el desierto, hasta detenerse justo frente a una construcción de hojalata ondulada, con una pequeña fogata en el frente, y dos mujeres.
Al bajarse, le ofrecen una pieza de tela y le dicen que se quite todo, inclusive ropa interior o los sujetadores del pelo. Al no tener otra opción y habiendo viajado tanto se muda; luego le hacen pasar sobre el fuego, atravesando el humo que despedían unas ramas secas que habían sido arrojadas justo antes. Al quedar ‘limpia’, tiran todas sus pertenencias sobre el fuego y por fin puede ingresar al lugar.
Luego de un ritual dentro de la construcción y de ponerla a prueba, la tribu le da la bienvenida al ‘outback’ (desierto “australiano”) para luego adentrarse en él; tanto la tribu como ella.
Pasando por varias circunstancias y entrando en contacto directo con saberes milenarios, esta serie de vivencias, de referencia, autobiográfica, supone entonces revivir la experiencia vivida por Marlo Morgan; paralelo a ello generar una severa reflexión al lector sobre lo relatado.

Cambios bruscos, notorios, sutiles, o aparentemente inexistentes, el viaje produce. Aquella mujer, la vida le cambió totalmente.
Una vivencia día a día con los “aborígenes” “australianos”, nos acerca a través de relatos de todo tipo a otra realidad, otro orden y cosmovisión. Situaciones por ejemplo de orden simbólico, en tanto que tienen una representatividad  sagrada. Unas cotidianas como conseguir el agua, el alimento, refugio, o pasar la noche, tienen en sí toda una carga simbólica y de sentido común respecto al funcionamiento de la naturaleza. En cambio actos rituales que en agradecimiento hacia la vida, la naturaleza, o agente de la realidad (luna, sol, cielo, estrellas, etc) como también los actos de celebración, tienen una carga sagrada y simbólica muy fuerte. Esto se hace mucho más potente gracias al contraste de la norteamericana y su cultura, puestos a prueba bajo esta otra realidad.
Hay que pensar en una realidad, carente de toda materialidad, por la materialidad misma, en donde la naturaleza no es un universo ajeno sino la existencia de todos los días, y en donde cada cosa tiene un sentido con la vida y con ellos como tribu.
A continuación dos apartes. El primero una de las últimas reflexiones, el segundo el mensaje, completo, que le fue dado entregar al mundo entero.
® “No debería existir sufrimiento para criatura alguna excepto el que ella acepte por sí misma. Era una idea a considerar. Mujer espíritu me explicó que cada alma individual en el más alto nivel de nuestra existencia puede elegir, y en ocasiones lo hace, un cuerpo imperfecto para nacer; a menudo llegan para enseñar e influir en las vidas con las que entra en contacto. Mujer espíritu dijo que los miembros de la tribu que habían sido asesinados en el pasado habían elegido vivir plenamente antes del nacimiento, pero en algún momento de su vida también habían elegido ser parte de una prueba esclarecedora para otra alma. Si los mataban era porque así lo habían aceptado a un nivel eterno, e indicaba tan solo hasta que punto comprendían lo que era ‘eternamente’. Esa muerte significaba que el asesino había fracasado y que volvería a ser puesto a prueba en algún momento del futuro. Todas las enfermedades y los trastornos, creen ellos(los auténticos = “aborígenes”), tienen alguna relación espiritual, y serian como las piedras por las que se cruza un río si los Mutantes (hombres de conciencia y comportamiento ‘occidental’- hombre de ciudad) quisieran abrirse y escuchar a sus cuerpos para enterarse de lo que está ocurriendo”
® “Realizamos el acostumbrado ritual de cada mañana y luego Cisne Negro Real me cogió de la mano y me acercó más al fuego.  Outa me dijo que el Anciano quería expresar una oración especial. Los demás se congregaron en derredor; yo me hallaba dentro de un círculo de brazos extendidos. Todos los ojos estaban cerrados y los ojos apuntaban hacia el cielo. Cisne Negro Real habló a las alturas. Outa me tradujo:
{Hola, Divina Unidad. Nos hallamos aquí ante ti con una Mutante (Marlo Morgan). Hemos caminado con ella y sabemos que todavía conserva una chispa de tu perfección. Hemos influido en ella y la hemos cambiado, pero transformar a una Mutante es una tarea muy difícil.
Verás que su extraña piel pálida se está volviendo de un tono moreno más natural y que su pelo blanco crece y se aparta de su cabeza en el que ha enraizado un hermoso cabello oscuro. Pero no hemos podido alterar el extraño color de sus ojos.
Hemos enseñado mucho a la mutante y hemos aprendido de ella. Parece ser que los mutantes tienen algo en su vida llamado salsa. Conocen la verdad, pero la entierran bajo el espesor y las especias de la convivencia, el materialismo, la inseguridad y el miedo. También tienen algo en sus vidas que llaman glaseado. Al parecer representa el modo en que malgastan casi toda su existencia en proyectos superficiales, artificiales, temporales, de agradable sabor y atractiva apariencia, pero dedican muy pocos segundos en desarrollar su ser eterno.
Hemos elegido a esta mutante y la liberamos, como un pájaro, al borde del nido, para que se aleje volando, muy alto y muy lejos, y para que chille como la cucaburra, y les cuente a sus oyentes que nosotros nos vamos.
No juzgamos a los mutantes. Rezamos por ellos y nos liberamos a nosotros mismos. Rezamos para que examinen detenidamente sus acciones y sus valores y para que aprendan antes de que sea demasiado tarde que toda la vida es una. Rezamos para que dejen de destruir la tierra y destruirse a sí mismos. Rezamos para que haya suficientes Mutantes a punto de convertirse en Auténticos que cambien las cosas.
Rezamos para que el mundo Mutante escuche y acepte a nuestra mensajera.
Fin del mensaje.}

No tengo nada más que decir. No se puede decir algo más, no hay cómo.